Coplas
Alojita de algarroba
molidita en el mortero,
que se sube a la cabeza
como si fuera sombrero
molidita en el mortero,
que se sube a la cabeza
como si fuera sombrero
Amores y dinero
quitan el sueño;
yo, como no los tengo,
muy bien que duermo.
A orillas de una laguna
estaba un sapo con otro:
uno estaba de levita
y el otro de bota i potro.
A orillas de una laguna
estaba un sapo en cuclillas,
con la navaja en la mano
haciéndose la patilla.
Cazador salió a cazar
patitos a la laguna.
Salió el patito y le dijo:
cazarás, pero las plumas.
Corrió el sapo una carrera
con una tortuga vieja:
castigaron cuadra y media,
ganó el sapo por la oreja.
La volvieron a correr,
redoblando la parada;
llegando a la cuadra y media,
pegó el sapo una rodada.
Cuando pasé por tu casa,
estaba un cuero colgado,
yo le dije: ¡buenas tardes!
Y el cuero quedó callado.
Cuando salí de mi tierra
de nadie me despedí,
sólo de una pobre vieja
que estaba moliendo ají.
Cuatro camisas tengo,
las cuatro vendo,
para comprarme un coche,
que no lo tengo.
Que no lo tengo, sí,
¡Ay! Me da risa
verme dentro de coche
y sin camisa.
En la falda de aquel cerro
llora triste un gavilán
no llora porque tiene hambre,
sino porque es animal.
En la orilla de un río
cantaba un sapo,
y en su canto decía:
¿con qué me tapo?
En la puerta del cielo
cantaba un riojano.
Sale San Pedro y dice:
¡Entre, paisano!
Lo primero que ofrecen
los de la sierra,
unos quesillos duros
como las piedras.
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