jueves, 16 de abril de 2015

POESÍA




POESÍA DE ANTONIO GALA

(Brazatortas, Ciudad Real, 1937) Dramaturgo, novelista y poeta español. Criado en Córdoba, realizó sus estudios primarios y de bachillerato en la ciudad andaluza, en un colegio de La Salle. Posteriormente estudió Derecho en la Universidad de Sevilla, y tras obtener la licenciatura, Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Económicas en Madrid. Tras algunos años de dificultades económicas, en los que tuvo que trabajar como peón de albañil, repartidor de una panadería y dar clases, residió algún tiempo en Florencia. Fue profesor de Filosofía y de Historia del Arte en diversos colegios de Madrid.





Voy a hacerte feliz

Voy a hacerte feliz. Sufrirás tanto
que le pondrás mi nombre a la tristeza.
Mal contrastada, en tu balanza empieza
la caricia a valer menos que el llanto.

Cuánto me vas a enriquecer y cuánto
te vas a avergonzar de tu pobreza,
cuando aprendas -a solas- qué belleza
tiene la cara amarga del encanto.

Para ser tan feliz como yo he sido,
besa la espina, tiembla ante la rosa,
bendice con el labio malherido,

juégate entero contra cualquier cosa.
Yo entero me jugué. Ya me he perdido.

Mira si mi venganza es generosa.

     Almuñecar 



Durante un anochecer en esta playa te amé tanto

que una respiración

para los dos bastaba.

Suspendieron el mar, para mirarnos,

su armonioso escalofrío,

y su unánime vuelo de gaviotas.

Se divertía el agua, sonrosada,

como si fuera a amanecer,

y se posó el silencio sobre el aire
lo mismo que un jilguero en una rama.
No existía para el amor
futuro ni pretérito:
todo era eterno instante….
Y de repente, sobre tus hombros
observé, mientras te besaba,
que nos veían ojos codiciosos.
No supe si eran de los viejos fenicios
o quizá de la noche…
No tardó en quedar claro
dónde va el ruiseñor cuando mayo termina.
La muerte que los devoró a ellos,
sigilosa nos acechaba.
Nuestro amor, como el de ellos, fue vencido.
Pero yo te amo todavía.
ANTONIO PRECIADO BEDOYA

Antonio Preciado Bedoya (Esmeraldas, 21 de mayo de 1941) es un poeta,  ex-embajador, ex-ministro, humanista y catedrático universitario ecuatoriano. Hijo de Víctor Preciado Cortés (de orígen colombiano) y Felisa Bedoya Esterilla (de orígen esmeraldeño). Su padre, abandonó el hogar cuando él tenía pocos años de edad y lo dejó junto a su madre y sus 4 hermanos. En su niñez tuvo que lidiar con varias adversidades, como fue la pobreza. Con el paso del tiempo logró terminar los estudios primarios, para empezar a cursar los estudios secundarios, en el Colegio 5 de Agosto; de la ciudad de Esmeraldas. Cuando obtuvo el título de bachiller, se trasladó a la ciudad de Quito para ingresar a la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, en la cual escogió la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas, carrera la cual logró terminar, obteniendo el título de Licenciado.
Debido a los logros obtenidos como poeta, es considerado como uno de los máximos exponentes de la poesía esmeraldeña junto a Nelson Estupiñán Bass.
Sus participaciones internacionales, han captado la atención de el periodista argentino, Modesto López, quien realizó un documental sobre su trayectoria. Por parte de su pueblo natal, ha sido objeto de ovaciones, pues es considerado como un "Valuarte de Lucha".



POEMA CON PÁJARO ROJO

Ya está de nuevo aquí
el pájaro de fuego
que viene por las tardes cuando escribo
y se queda conmigo por poemas enteros,
gorjeo tras gorjeo,
palabra tras palabra
Yo contemplo en silencio su afable llamarada
cuando con devoción anida entre mis versos
y permanece quieto
mirándome,
mirándome,
como queriendo ver si también tengo alas.

          De  boca en boca, 2005.



RECUERDOS DE LAS VIDAS QUE TODAVÍA NO VIVO

Lo que en verdad importa
es que aquí estemos todos
y que, a partir de todos,
los padres de mis padres,
los padres de los padres de mis padres,
y así por ese rumbo remoto al infinito,
hasta los más remotos de mis tatarabuelos
hayan salido a mí
y que conserven fresco,
patente
y vivo mi recuerdo;
lo mismo que los hijos de mis hijos,
los hijos de los hijos de mis hijos,
y así en lo sucesivo
en el otro infinito de los tataranietos,
cada uno, desde ahora, ya haya recibido
lo que tengo también de todos ellos.

Una memoria eterna
permanece en vigilia entre mis infinitos
en comunión conmigo,
en un solo desvelo,
esperando el pasado,
recordando el futuro
y ejercitando el incesante rito
de unir a tiempo en mí los dos extremos.

 De  ahora en adelante, 1993.


DOLORES VEINTEMILLA



 Dolores Veintemilla de Galindo, privilegiada con notables talentos artísticos, pues cultivaba la música y manejaba con habilidad el pincel, es la poetisa sin par en nuestro Parnaso, la Sapho americana.

No obstante su hermosura, realzada por tan singulares talentos y dones naturales, su corta vida fue desgraciada pues falleció trágicamente en Cuenca, abandonada de su esposo, a quien reprochó en su inmortal poesía «Quejas», eco profundo de la agonía moral que la impulsó a quitarse la vida, en la noche fatal del 23 de mayo de 1857, a los 26 años, dejando como por casualidad un manojo de poesías inmarcesibles, las que recogió y publicó el conocido literato Celiano Monge.





¡QUEJAS! 


 ¡Y amarle pude!... Al sol de la existencia 
 se abría apenas soñadora el alma... 
 Perdió mi pobre corazón su calma 
 desde el fatal instante en que le hallé. 
 Sus palabras sonaron en mi oído 
 como música blanda y deliciosa; 
 subió a mi rostro el tinte de la rosa; 
 como la hoja en el árbol vacilé. 

  Su imagen en el sueño me acosaba 
 siempre halagüeña, siempre enamorada; 
 mil veces sorprendiste, madre amada, 
 en mi boca un suspiro abrasador; 
 y era él quien lo arrancaba de mi pecho, 
 él, la fascinación de mis sentidos; 
 él, ideal de mis sueños más queridos; 
 él, mi primero, mi ferviente amor. 

  Sin él, para mí, el campo placentero 
 en vez de flores me obsequiaba abrojos; 
 sin él eran sombríos a mis ojos 
 del sol los rayos en el mes de abril. 
 Vivía de su vida aprisionada; 
 era el centro de mi alma el amor suyo, 
 era mi aspiración, era mi orgullo... 
 ¿por qué tan presto me olvidaba el vil? 

 No es mío ya su amor, que a otra prefiere; 
 sus caricias son frías como el hielo. 
 Es mentira su fe, finge desvelo... 
 Mas no me engañará con su ficción...
 ¡Y amarle pude delirante, loca! 
 ¡No! mi altivez no sufre su maltrato; 
 y si a olvidar no alcanzas al ingrato 
 ¡te arrancaré del pecho, corazón!


JORGE TORRES CASTILLO

Poeta ecuatoriano nacido em 1929. Libros principales: Ámbito de la voz rebelde, El escorpión sumergido y El Misal y la Serpiente. 

EL ESCAPULARIO

Alguien para tomarle el pelo
lo confundió con dios. 
Puso bajo su cuerpo una vela adelante 
y otra atrás. 
Se persignó tres veces, en cuclillas, 
bajo sus testículos. 
Imprecó por el hambre, 
por la impotencia, 
por las píldoras anticonceptivas, 
por los calzoncillos manchados de semen 
y excremento, 
por el presupuesto que se consume en la dieta, 
en la faja elástica 
y en las colorantes de la mujer;
por el dueño de casa acechándolo, 
por la amante humillándolo 
en media cama, 
por la vergüenza de sonreírse, 
con los labios cerrados, 
para ocultar las encías huérfanas de dientes,
por la deprimente costumbre de rascarse, 
cepillarse los dientes, 
fornicar y morirse en cada coito, 
como si se exprimiese desde adentro, 
como si dios encerrado en su vientre 
se convirtiese súbitamente en una absurda erección. 
El hombre, de pie, confundido por tan raro ofertorio, 
pateó las velas, 
deglutió un carajo
y construyendo el aire divino de sus vísceras
se orinó en cruz sobre la augusta calva de un feligrés. 



ALEYDA QUEVEDO ROJAS


Quiteña, periodista y poeta. Dice: La poesía que amo es pasión y conocimiento, es aquella que logra hilar visiones y presagios como lo intuyó Hölderlin. Ha publicado los libros de poesía: Cambio en los climas del corazón. Quito, 1989; La actitud del fuego. Lima, 1994; Algunas rosas verdes. Quito, 1996; Espacio vacío. Quito, 2001; Venezuela, 2006; Música oscura. Almería, 2004; Soy mi cuerpo. Quito, 2006.



FIN DE MI SUERTE

Mi  útero reposa
en la bandeja de cirugía

Se vuelve ceniza
en los basureros hospitalarios

No tengo por qué mantener
compromiso con el misterio

No adivino más la suerte

He quemado el tarot.


PARA VOLVER A MÍ

Mi cuerpo pequeño
cruza limites helados
con la espalda encorvada
y um Blanco camisón

Primer aviso
a mi terrible vanidad.


UNA CERTEZA

Me deslizo
entre camas metálicas
y tanques de oxigeno

Estoy helada
En el fondo marino de este hospício

Ya mis deudos aceptan que las cenizas
regresarán a las montañas
de donde salí
cuando las piedras se movieron
por la fe de mi padres.


MÚSICA OSCURA

Cuánto dolor tolera
la suma del cuerpo

Su perímetro helado
termina los deseos.


ARCANOS MAYORES

Lavo mis penas
pero no alcanzo el vacío supremo

El agua del cielo
baña los animales de la tierra

Mas no te hallo en ese rio infinito
de amores flotantes.


 NETGRAFÍA: POESÍA IBERO AMERICANA

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